Leave ‘s Eyes “Myths of Fate”, un espectáculo sonoro inmersivo y cinematográfico.
Por Simón F Carrillo
Desde principios de la década de 2000, cuando el metal sinfónico comenzó a evolucionar de un subgénero de nicho a algo que captó la atención de la corriente principal del metal, varias bandas han mantenido el rumbo y nunca se han ido. Bandas como Nightwish, Sirenia o Xandria, cuyos éxitos profesionales quedan en el retrovisor, han resistido los cambios de formación para lanzar nuevas canciones cada pocos años, lo que, al menos, es una excusa tan buena como cualquier otra para salir de gira. Al igual que sus pares que encontraron el éxito a principios de siglo, Leaves’ Eyes ha producido consistentemente discos perfectamente competentes de metal sinfónico estándar. Pero, hasta 2016, contaban con la voz de Liv Kristine para diferenciarse del resto; una voz que no solo era capaz, sino que estaba llena del tipo de seriedad fantástica necesaria para interpretar letras sobre vikingos y folklore nórdico y hacer por ellos lo que Peter Jackson hizo para El Señor de los Anillos. La banda contó con la voz de Liv Kristine durante 13 años, quien suena tan singular que eleva todo lo que toca. Quizás sea mejor conocida en el mundo por su aparición como invitada en “Nymphetamine” de Cradle of Filth, lo que la convirtió en nominada al Grammy, y antes de Leaves’ Eyes, cantó para Theatre of Tragedy. Esto no quiere restar importancia al talento de Elina Siirala, para quien “Myths Of Fate” es el tercer álbum con la banda. Ella es poderosa donde Kristine era etérea, y encaja perfectamente para acompañar los riffs del disco. Siirala aporta dramatismo en este nuevo florecimiento de Leaves’ Eyes, y simplemente lo reúne todo en un clímax. Leaves’ Eyes, que existe desde hace más de veinte años, mantienen el objetivo de la coherencia. Claramente, saben lo que quieren hacer: escribir metal sinfónico con florituras folk, y están felices de seguir haciéndolo.
Un nuevo álbum de metal sinfónico significa una nueva incursión en la cultura vikinga y todo lo relacionado con ella. Si su último álbum, The Last Viking (2020), narra la vida y las hazañas heroicas de Harald Hardrada, su nuevo trabajo de estudio, Myths of Fate, lanzado por el sello AFM Records, ofrece un fascinante recuento de la mitología nórdica y, al mismo tiempo, genera un ligero cambio en su sonido. Como lo demuestran los sencillos lanzados hasta ahora, especialmente “Realm of Dark Waves”, “In Eternity” y “Who Wants to Live Forever”, Elina Siirala tiene un papel más destacado en este álbum, mientras que la dura voz de Alexander Krull se escuchará solo escasamente en este disco. Esto cambia no solo la dinámica de las canciones sino también el diseño de sonido del álbum, dándole una sensación más exuberante y rica, con muchas canciones hermosas interpretadas sin esfuerzo por Elina.
Hablando de los sencillos, el himno medieval “Realm of Dark Waves” es una oda a Rán, la diosa del mar, y es tan atractivo como el canto de una sirena a pesar de los riffs más pesados. Por otro lado, tanto la inquietante “Who Wants to Live Forever”, sobre Iðunn, la diosa nórdica de la juventud, como la triste “In Eternity”, son piezas de rock orquestal intensas, atmosféricas y emocionales, elevadas por magníficas interpretaciones vocales y realzadas por una hermosa melodía de piano que aparece aquí y allá o mediante partes de vocalización siniestras. En otra parte del álbum, “Hammer of the Gods” es un himno de metal sinfónico tan completo con una inquietante sección de violín y partes de ópera, y un equilibrio perfecto entre voces angelicales y ásperas. Mientras tanto, la balada atmosférica “Goddess of the Night” se eleva alto con melodías folklóricas de guitarra acústica. “Einherjar” es metal vikingo del más alto calibre con una buena compensación vocal respaldada por un ritmo contagioso y un cierre teatral. “Sail with the Dead” es oscura y siniestra, pero no menos atractiva.
Myths of Fate es una clase magistral de narración, excelente composición de canciones y atención al detalle. Cada pista se destaca increíblemente bien por sí sola, con paisajes sonoros cinematográficos y arreglos orquestales de Elina Siirala que hacen de este álbum una delicia sonora. Su variedad de canciones y melodías solo aumenta su alto valor. Me atrevo a sugerir que puede ser uno de los mejores álbumes del año y seguramente estará presente en muchas listas de fin de año.